mirábamos cómo el muro se comía al sol arrancábamos flores, hacíamos ensaladas de hojas y piedritas dejábamos que la remera se tiña de cualquier color en el fondo se esconde un mundo lo sabíamos mi hermano y yo jugando en el patio de la abuela en una tardecita húmeda de esas que anteceden al primer día del verano

07/02/23 En estos días la muerte fue un tema recurrente. La encontré en las palabras de Pizarnik, en una escena de One day, y en las noticias que estuvieron circulando. Mi estado actual me lleva a tener una atención dirigida a letras e historias que hablan de despedidas y amores…

quiero escapar que la muralla desaparezca quiero caminar paso a paso muy lejos de este lugar que me lastima y me desarma cada vez más estoy cansada del retumbar de las lagrimas ajenas estoy cansada de este nudo en la garganta la sensación de querer tomar vacaciones de mi cuerpo …

Escribir es entrar en una habitación con la luz apagada, intentar encenderla y no poder. Caminar con pasos inciertos, usando como mapa a veces la memoria, a veces el corazón. Temer toparse con un escalón, que el pie se entierre en un pozo de infinito o estrellarse el cuerpo con…

La pizza que quedó de anoche no pasa mi garganta las palabras chocan con lo que mastico, el aroma a vacío. El silencio habita en un lugar nuevo. Ser quien sufre es lo deseable. Prefiero juntar mis restos que desarmar a otro y no poder ayudarlo. Quizás por eso me…

Podría escribir un poema hablando de mi propia contradicción. Podría decir que por ejemplo ayer arañaba la locura pero hoy encontré un hueco en el aire y transité el día como si el de ayer no hubiese ocurrido. Podría decir también que un hueco en el aire puede ser una trampa y que no siempre estamos preparados para descubrirlo.

Tengo miedo de morirme y que las palabras se me queden para siempre guardadas en mi garganta.

Será, entonces, mi modo de estar en el mundo. Activar cada día el motor de la nostalgia, convivir con la insoportable sensación de que no puedo permanecer en el presente y anhelar que en ese futuro que nunca será mío aparezca una voz interna que me diga “ahora estás en paz”.

Imágenes perfectas que se mueven por sí mismas. Lagrimas que no son de aquí, sino de un lugar lejano. La terapia no es suficiente. El cuerpo se empequeñece hasta que lo siento gigante y entonces solo quiero desaparecer. Pero mi cuerpo… solo mío. Todo intento de satisfacción me ciega. La fantasía me protege un instante. Lloro más…